jueves, agosto 20, 2009

Alexis Cárdenas, El violín es mi brújula

El talentoso músico zuliano confiesa que siempre tuvo gente que lo ayudó mientras estudió en el exterior. Considera que los venezolanos poseen un ímpetu especial para cumplir sus metas cuando emigran



BRIAMEL GONZÁLEZ ZAMBRANO
EL UNIVERSAL






Doce años viviendo en París no hicieron mella en el acento maracucho que suelta Alexis Cárdenas en cada frase. El prodigioso violinista de 31 años se ha ido dos veces del país. La primera fue a los 14 años cuando recibió una beca para estudiar en el precollege de Julliard, en Nueva York. Luego, cuando rondaba los 20, partió hacia la capital francesa, donde ha desarrollado la mayor parte de su exitosa carrera en la que destaca interpretando música clásica, jazz y folclor latinoamericano. Hace pocos meses fijó su centro de operaciones en Caracas, pero su agenda en los próximos meses incluye Colombia, España, Francia y Suiza.
-¿Cómo fue su primera experiencia viviendo en el exterior?
-Era muy niño. Me hacía falta todo. No pude con tanto y al año y medio volví.


-¿Por qué decidió irse luego a Francia? ¿Cómo lo consiguió?

-Vi la película Cyrano de Bergerac con Gerard Depardeu y me prometí que viviría allí y hablaría esa lengua (risas). Me gané una beca con la fundación Mozarteum para irme. Empecé a estudiar con el maestro Oliver Charlier, quien me entrenó para entrar en el conservatorio de París.

-¿Cómo fueron sus primeros tiempos en esa ciudad?

-Siempre he tenido quien me ayude. Viví con un amigo maracucho y las clases eran gratis. Mi plan era estudiar 3 años y devolverme a Venezuela, pero me fui enamorando de París. Luego estudié un perfeccionamiento con Jean Jacques Kantarow. Me fui quedando. Allá descubrí la improvisación en la música latina y eso me ha hecho diferente en mi área, donde cada año emergen 60 mil talentos que saben interpretar el clásico y lo tradicional. En cambio, el sonido de un Pajarillo, o de un tango, un vals o un merengue, traen un toque distintivo en las cuerdas del violín.



-Aparte de los afectos, ¿qué extrañó de Venezuela?

-(Silencio). Siempre encontré dónde comprar harina PAN, así que extrañaba mi casa, mi gente. El violín siempre ha sido mi brújula y mi norte, por eso no tuve tiempo de pensar en lo que me hacía falta, sino en lo que tenía por hacer y las razones por las que estaba allá.

-Tuvo vínculos con muchos paisanos en Europa. ¿Considera que los venezolanos tienen un empuje especial para triunfar en el exterior?

-Sin duda. Creo que parte de nuestra fuerza es la diversidad racial, tenemos de todo, el blanco, el indio, el negro. Esa fusión nos ayuda a resaltar, a persistir. Siempre tenemos un plan, nos trazamos la meta y dibujamos nuestros deseos con ímpetu.

-¿Hubo algún momento en el que quiso claudicar y regresarse?

-Sí. Tuve una crisis fuerte y tenía enormes deseos de venirme, de renunciar a todo. Gracias a Dios, en aquel momento se lo comenté al maestro Jesús Soto allá en París. A él le gustaba mucho escucharme improvisar y me dio un consejo contundente al decirme que Venezuela siempre me estaría esperando y que yo tenía un compromiso enorme con mi talento y por eso debía quedarme estudiando en Francia.

-Ahora que ha vuelto ¿a qué se dedicará?

-A criar a mi hijo (risas). También a buscar talento en el interior, a través del sistema de orquestas. Un poco alimentar la mina de portentos. Seguiré haciendo mis giras a los festivales europeos.


Alexis Cárdenas interpretando "Pajarillo" con el grupo Recoveco en el Festival Internacional de Musique de karellis 2007




Fuente: Diario EL UNIVERSAL, edición 99 aniversario


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