martes, noviembre 24, 2009

Andrés Cubillan, un venezolano en el mundo de Tim Burton

El caraqueño Andrés Cubillán se abre paso en la industria del cine hollywoodense como diseñador de producción. Figura en el departamento de arte de Alicia en el país de las maravillas que Burton estrenará en 2010 y está anotado en Thor, el nuevo proyecto de Marvel que debutará en 2011, bajo la dirección de Kenneth Branagh


Andrés Cubillán no podía creerlo. Las aventuras del Barón Munchausen eran poca cosa ante lo que le ocurría. “Fue una experiencia un poco surrealista —cuenta el venezolano—.

Ahí me encontraba yo, trabajando en una película de Tim Burton, uno de mis grandes ídolos del cine y sentado al lado de Johnny Depp y Anne Hathaway. Poco a poco uno se da cuenta de que esas son las experiencias de cada día en esta industria. Todavía no me acostumbro”.

El caraqueño de 26 años formó parte del equipo de arte de Alicia en el país de las maravillas, uno de los proyectos que firmó Burton con Disney para estrenar en 2010 con tecnología 3-D. Ahora trabaja en la preproducción de Thor, la nueva entrega de Marvel, que comienza a rodarse en enero bajo la dirección de Kenneth Branagh.

Andrés estudió arquitectura en el Rhode Island School of Design —en la costa este de Estados Unidos— y decidió partir a Los Ángeles, donde haría realidad su sueño de hacer cine. “A los nueve años era el único niño de mi edad que esperaba la ceremonia de los Oscar como si fuera la Navidad… Creo que siempre supe que trabajaría en el cine”, cuenta el joven.
No recuerda cuál fue la primera película que vio, pero sí una que definitivamente lo marcaría para siempre: Las aventuras del Barón Munchausen (Terry Gilliam, 1988). “Pintó un mundo increíble, especialmente para un niño: El héroe pasa de un país en guerra a los palacios de Arabia; de ahí a un mundo extraño en la luna y luego de una estadía en un volcán al interior del estómago de una ballena, y en ningún momento dudas de la realidad del mundo que se te presenta”, relata.

Sueños en un musical

Un amigo de Andrés que se había mudado a Los Ángeles antes que él, le recomendó hacerse voluntario en un festival de cine con el fin de darse a conocer y hacer buenos contactos. Y así lo hizo: se inscribió como voluntario en el Festival Internacional de Cine Latino de Los Ángeles.

“Mientras me dedicaba a enviar mi currículo y portafolio a distintos diseñadores de producción, trabajé tres días a la semana para el festival. Después de unas tres semanas, mi supervisora tuvo que irse, y la coordinadora me ofreció esa posición… Luego, con la recomendación de ésta, logré entrar en el departamento de arte de la película Dreamgirls (Bill Condon, 2006) con el diseñador John Myhre, ganador de dos premios Oscar de la Academia. Inicialmente, sólo iba a trabajar para ellos tres semanas, pero terminaron dejándome tres meses”, recuerda el artista.

Uno de los escenarios del musical protagonizado por Jennifer Hudson, Beyoncé Knowles y Anika Noni Rose, es un club de Las Vegas donde las chicas cantan juntas por primera vez. “Recuerdo entrar en el hangar donde estaban construyendo el escenario y de repente darme cuenta de que me encantaba mi trabajo. La escenografía no sólo transportaba al público a los años sesenta, sino que también les daba sensación de grandiosidad y elegancia. A medida que las chicas cantaban, unas luces bajaban y otras luces escondidas en las paredes, en el piso y en el techo, se iluminaban poco a poco y creaban una constelación de estrellas a través del espacio. Sólo la escenografía del cine te permite ese tipo de efecto y sensación, en el que estas mujeres de repente se habían convertido en estrellas, como era la intención del guión”.



Chozas exitosas
El caraqueño se especializó en diseño de producción en el American Film Institut. Como trabajo de grado realizó la escenografía de un corto titulado Acholiland, dirigido por Dean Israelite, acerca de un grupo de trabajadores de una organización humanitaria en el norte de Uganda.


“El proceso de diseño fue muy largo, pasé mucho tiempo estudiando las distintas arquitecturas y métodos de construcción en África y particularmente en Uganda. Estudié también la dinámica de la comunidad en la zona, cómo se relacionan unos con otros, el tipo de cosas que utilizan para vivir y cómo son las condiciones habitacionales y geográficas. Lo más importante para mí era que la audiencia sintiese que estaba en África. Si el público no se cree dónde está, entonces el resto de la historia no funciona”, comenta el joven, quien construiría una aldea africana en Estados Unidos.


Aquello fue todo un éxito, ya que no sólo pudo graduarse en el AFI, sino que el corto fue merecedor de tres premios Emmy y fue la sensación de diseñadores y directores de arte.
“Luego de terminar mi postgrado, tuve una exposición de todo mi trabajo de grado. Ahí conocí un director de arte que le había gustado mi trabajo y me pidió una copia de mi portafolio. Una semana después me llamaron para una entrevista y a la semana siguiente empecé a trabajar en el departamento de arte de Alicia en el País de las Maravillas. Fue un proyecto muy rápido para todo lo que demandaba el guión, y estuve trabajando ahí por seis meses. Para Tim Burton era una manera nueva de trabajar, con varios personajes computarizados y mundos casi todos en pantalla verde”, recuerda.


El director de películas como Sweeney Todd, El cadáver de la novia y Big fish rodó en Plymouth, Inglaterra, con la actriz australiana Mia Wasikowska, de 18 años, como Alicia, y con su actor fetiche, Johnny Depp, que dará vida al Sombrerero Loco.


“Tim Burton es un hombre increíble —dijo Andrés Cubillán a la revista Conexiones—. Me encantaría poder ver dentro de su mente, es muy creativo y siempre interesado en representar el mundo a través de los ojos de sus personajes. Tim tiene una visión muy clara de lo que quiere, y busca un diseñador que no sólo facilite esa visión, sino que también la lleve a otro nivel”.


Hacia el futuro




Andrés Cubillán siente que el hecho de ser latino en Estados Unidos no está relacionado con el éxito. “Los latinos tenemos una gran ventaja, que es nuestro carácter y nuestra cultura. Hay un calor y un optimismo que al mundo le gusta, en especial al mundo del cine, que demanda trabajo fuerte y una perseverancia infinita. Ahora, con todo el cine que se hace internacionalmente, el hablar español es una gran ventaja para trabajar en el medio”, asegura.

El caraqueño se identifica con el cine que hace pensar y transporta al espectador a mundos desconocidos. “El poder llevar al público a una cultura distinta, a una civilización extinta o a un país y un tiempo en el pasado, es una de las maravillas del cine. Ningún otro medio puede hacer lo que hace el cine. Personalmente, yo busco proyectos que empujen mi creatividad a un nivel al que no sabía que podía llegar, a un mundo que no exista, a un futuro inimaginable o a un tiempo que nadie recuerde”.

No descarta dirigir una película en el futuro, incluso en Venezuela, pero piensa que debe quemar etapas. “Todavía tengo mucho que aprender y creo que tendría que ser un proyecto que me encante. Yo siempre he querido tomar parte de todos los aspectos del cine, pero no sé si la dirección es un paso que voy a tomar todavía… Me encantaría hacer una película en Venezuela.
Es un país tan bello y rico en paisajes y su gente, y yo creo que capturar eso en el cine seria increíble. Nuestro país tiene muchas historias que contar de su pasado y de su presente, y a mí me encantaría tener el chance de contar así sea una de esas anécdotas”.



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jueves, noviembre 12, 2009

Alicia Gabriela Martínez, pianista venezolana

Alicia Gabriela Martínez es una de las mejores pianistas venezolanas, con una de las carreras más exitosas en el exterior, especialmente en EEUU, país donde esta radicada y en el cual se le considera como una de las principales exponentes del piano en el medio académico. Además de ser una extraordinaria intérprete, también realiza actividades como docente.



Nació en Caracas, Venezuela. Con solo 25 años tiene una lista impresionante de recitales y conciertos con orquesta. Desde su debut a los 7 años ejecutando el concierto Op.19 No.2 de Beethoven con la Orquesta Sinfónica Venezuela, se ha presentado como solista con varias de las orquestas más importantes de EEUU, como la Sinfónica de New Jersey y la Sinfónica de San Francisco, al igual que con otras importantes orquestas europeas como la Filarmónica de Stuttgart.
Ha tocado bajo la batuta de Gustavo Dudamel y de otros destacados directores como James Gafigan, James Conlon, Edmon Colomer, Charles Dutoit, Anne Manson, Giordano Bellincampi, Guillermo Figueroa, Lawrence Foster, Dirk Brosse, David Machado, Otto Werner-Muller, Klauspeter Seibel, Pedro y Cristóbal Halffter entre otros.
Ha ofrecido importantes recitales al lado de gigantes de la música clásica como el violinista Itzhak Perlman, con quien ha tocado frecuentemente. Además Alicia Gabriela se presenta regularmente en una de las salas más importantes del mundo como lo es el Carnegie Hall.


Como solista y músico de cámara se ha presentado en más de 50 salas de concierto en Estados Unidos y Alemania, al igual que en Brasil, Holanda, Caracas, Salzburgo, Copenhague, St. Moritz, Sendai, Tel Aviv, Tokio, Montpellier, Roma, Venecia, Londres, Spoleto, Bruselas, y Bogotá.
Ha obtenido numerosos premios y distinciones internacionales. Sus más recientes logros incluyen el primer lugar y premio de la audiencia del Internationaler Klavierwettbewerb Anton G. Rubinstein en Dresden (Alemania). Fue semifinalista del 12th Van Cliburn International Piano Competition donde también recibió "Jury Discretionary Award.". Sus ejecuciones han sido transmitidas en estaciones de radio y televisión tales como NHK (Japón), Radio France (Francia), RAI (Italia), CNN, PBS, Deutsche Welle (Alemania), MDR Kultur, (Leipzig), Euronews (Europa y Latinoamérica), 60 minutes, ABS, From the Top (USA), Radio Caracol y numerosas emisoras de radio y televisión en Venezuela.
Alicia Gabriela obtuvo su título de grado y Maestría en música becada completamente en The Juilliard School of Music en New York con la Dra. Yoheved Kaplinsky, actualmente está cursando su doctorado en Halle, Alemania con Dr. Marco Antonio de Almeida. Durante los años 2007-2009 fue miembro de ¨The Academy”, un programa de Carnegie Hall, The Juilliard School y Weil Music Institute. Es miembro desde 2008 de la facultad de Kean University (USA) como Artista de Conciertos.



Ofrecerá dos únicos conciertos junto a dos de los principales exponentes de la música clásica en Venezuela
El concierto donde será dirigida por Gustavo Dudamel será nada menos que “El Emperador” de Beethoven
Compartirá por primera vez en su carrera junto al virtuoso violinista Alexis Cárdenas interpretando interesante recital de música de cámara

“Tenía tiempo que no interpretaba a El Emperador y será un placer, porque es toda una obra de arte, como todas las composiciones de Beethoven”, comentó Alicia Gabriela sobre la composición de Beethoven, quien además es su compositor favorito.
“El Emperador, como todo lo de Beethoven es difícil y muy emocional, pero igual es un placar estudiarla y tocarla (…) Es una pieza tan bella que da mucha felicidad poder interpretarla”, explicó la pianista sobre una de las composiciones más emblemáticas de Beethoven.












lunes, noviembre 02, 2009

Claudio Corsi, un venezolano al Grammy

Claudio Corsi tiene 20 años en el medio artístico. Ha participado en Viña del Mar representando a Venezuela. Ha compuesto para artistas como Ismael Miranda y está nominado a los premios que se otorgan el 5 de noviembre. Esta es la historia de un talento que ha perseverado pese al bajo perfil

http://impresodigital.el-nacional.com/suplementos/2009/11/01/ ­
Fotografía Cortesía Claudio Corsi



Un venezolano sin estridencias


Claudio Crosi había encontrado una profesión. Se hizo "pana" de José Ferreira, el ingeniero de sonido de aquel estudio, y empezó a ayudarlo en lo que podía a cambio de aprender.

"Él me enseñó todo lo que sabía y empecé a trabajar allí. Luego me fui al estudio de Luis Capriles y así fui saltando de estudio en estudio y en el ínterin entré en la UCV a estudiar Antropología". Las vocaciones paralelas suelen alimentar las convicciones propias: "La Antropología debería ser una materia obligatoria en los colegios porque te ayuda a entenderte y a respetar a los demás. Comprender que no hay un único camino ni una sola verdad, que todas las verdades y las formas de ver las cosas son válidas.

Que lo que cabe es la discusión respetuosa de todos los puntos de vista. Aprendí mucho con esa carrera y aunque no me dedico a ella, vivo como un antropólogo y eso me ha ayudado a componer".


La experiencia con músicos en los estudios de grabación, las reflexiones de sus clases de Antropología y su breve paso por el conservatorio Lino Gallardo de La Castellana donde estudió guitarra clásica, canto lírico y teoría y solfeo, le dieron a Corsi las herramientas para empezar a componer profesionalmente. Entonces incursionó en el campo de la musicalización de comerciales para televisión donde trabajó en llave con quien se convertiría en su "socio musical de siempre": Armando Mosquera.

En 1994, con 24 años, Corsi ya se había graduado en la universidad, se había casado con Franca y seguía dividido entre su oficio en los estudios y su deseo de incursionar en el mundo del espectáculo. Se decidió a hacer un par de cursos en La Casa del Artista cuya tarea final era un concierto. "El show se llamó Moral y luces, y yo ahí canté por primera vez en público la canción `Vida’ acompañado solo por mi cuatro y unos tamborcitos".

Cada canción puede ser reflejo de un episodio fundamental. "Se trataba de una canción que yo había escrito años atrás con mi amigo Angelo Sebastiano durante alguna de esas conversas que nos echábamos los viernes en la noche en mi edificio de Los Dos Caminos. Yo no la tuve fácil de muchacho. Mi mamá se había muerto y mi papá se había casado de nuevo con una mujer mucho más joven que él. Yo me sentía como un inquilino en mi propia casa y mis amigos eran mi refugio, mi compañía. En esos días, ellos compensaban cualquier carencia que yo pudiera tener y `Vida’ es producto de todas las reflexiones existenciales que nos hacíamos".

Aquella sencilla presentación impactó tanto que al año siguiente fue nominado para representar a Venezuela en el XXXVII Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar. Venevisión, el canal oficial encargado de transmitir el festival en el país, tenía otro candidato, pero Corsi fue seleccionado por el jurado para concursar.




Conato de gloria.

En febrero de 1996, Corsi y Angelo Sebastiano partieron a Chile con un nuevo arreglo para orquesta sinfónica de "Vida" bajo el brazo. "Nos pagaron los pasajes, la estadía por 11 días, nos dieron 200 dólares a cada uno y llegamos a Viña del Mar". La noche de la presentación en la Quinta Vergara hacía frío y Corsi temblaba en parte por la brisa que venía de la costa y también por las 25.000 personas que acudieron al último día de la competencia internacional. "Yo salí a cantar con mi cuatrico y al principio la gente no sabía qué instrumento era. Fue emocionante porque a mitad de la canción, el público empezó a repetir las últimas frases que yo cantaba como haciendo coro. Y otra vez sentí la gloria del escenario y el premio de los aplausos. Justo después de mí se montó Maná".

Pero la suerte no le sonrió del todo a Corsi. No solo no ganó esa noche sino que ese año el Festival coincidió con la venida del Papa a Venezuela y no hubo cobertura de su presentación.

Después de haber sido tratado como un rey en Chile, haberse hospedado en mismo piso que Juan Gabriel y haber alternado con artistas como Laura Branigan o Maná, aterrizó en Caracas para darse cuenta de que nadie en su país lo había visto. "Por supuesto que yo hubiese querido ganar, pero más hubiese querido que mi país me hubiese apoyado y eso no lo sentí".

Sin embargo, no todo fueron sinsabores. Gracias a Viña del Mar, Claudio consiguió un cliente increíble como el Quino Táchira y si bien es cierto que nadie o casi nadie supo de su canción "Vida" allá en Chile, muchos seguro recordarán sus jingles para el Calendario de la suerte y el Extra Semanal.



"Yo viví como dos años de hacerle música a ellos", recuerda.


Cambio de rumbo. Un asalto del que salió ileso, lo llevó a pensar en otras fronteras. "Un tipo se me montó en la carro, pistola en mano. Me dejó botado y se llevó la Wagoner de mi suegra. Cuando llegué a poner la denuncia en la PTJ, el que me atendió me preguntó: `¿Y no te hicieron nada? Tuviste suerte gordito". Viña del Mar también lo ayudó en sus trámites para obtener la residencia en Estados Unidos y así, en 1998, Corsi se mudó a Florida, con su esposa, algunos ahorros, un inglés muy básico y sin conocer a nadie.

Mientras arreglaba sus cosas, un tema suyo llamado "Blanco y negro" llegaba a los primeros lugares en España en la voz de Pedro Aldimayo.

En Estados Unidos comenzó dando clases de guitarra y, aunque al año ya se había gastado todos sus ahorros, no desistió y poco a poco se fue abriendo un nuevo camino. Los siguientes años fueron de insistir, conocer a músicos, construir él mismo un estudio de audio en su casa, hacer vocal coaching a artistas emergentes, pero sobre todo de escribir y componer canciones para un disco.

En el año 2005 la suerte tocó otra vez la puerta de Corsi: La productora de Sergio George, responsable de discos de artistas de la talla de Celia Cruz o Mark Anthony, estaba buscando talento nuevo para componer. "Por intermedio de un amigo les llegó un demo mío y me encargaron un tema sobre la amistad para Ismael Miranda, el cual se incluyó en un disco suyo producido por Gilberto Santa Rosa llamado Edición Especial". De la experiencia sacó gustosos dividendos. "Los buenos amigos’ me trajo suerte, fue un tema que me salió fácil. En apenas dos días estaba listo. Es que el asunto de los amigos me mueve mucho porque, como dice la canción, un buen amigo vale una fortuna... y eso lo digo de corazón".

A partir de allí le han pasado muchas cosas, como componer y hacer vocal coaching para Winda, la escogencia de su canción "Sobrepeso" como el tema de apertura de la obra de teatro Gordura de mi vida de Raúl González o trabajar como maestro de técnica vocal en el concurso Viva El Sueño de Univisión, entre otras. También conoció a Luz Marina. "Ha sido como una madrina para mi producción. Gracias a ella la gente de Cacao Music se enteró de mi proyecto. Yo estaba haciendo este disco aquí en el pequeño estudio de mi casa. Ella escuchó algo, le gustó, se los presentó y Omar Jeanton dijo que sí. Yo pedí que me dejaran terminar el disco en Estados Unidos porque tenía muchos músicos ya cuadrados aquí. Sin embargo, la canción `Vida’, quise que fuera producida en Venezuela por Armando Mosquera y por eso participaron también músicos increíbles que están allá como Luis Julio Toro, Nené Quintero, Henry Paul entre otros, porque talento es lo que sobra en Venezuela".

La nominación.
El disco se llamó Aire y mar. Y a pesar de su poca promoción, fue lo que finalmente catapultó a Corsi a la competencia de los Grammys Latinos.

"Yo estaba en mi casa viendo por televisión las nominaciones y cuando dijeron mi nombre pegué tal grito que mi bebé Luna se asustó. No me lo esperaba.

Había más de 400 aspirantes en esa categoría y yo fui uno de los 5 seleccionados".

"Esta nominación yo la veo como un reconocimiento y es bien recibida por mí porque de verdad siento que me corresponde. Son más de 20 años de labor.

Yo empecé a los 17 años a trabajar profesionalmente y ahorita tengo 42 y fíjate, me llegó a estas alturas cuando hay gente que le ha llegado a los 20 ó 25 años". Sólo la nominación le ha abierto nuevas posibilidades. "Desde el anuncio me he presentado ya en cuatro sitios. Todo el mundo quiere que yo toque ahora, por ejemplo a Frank Quintero le abro el show el 21 en el MAC Building de Miami".

El día de los premios lleva la determinación del triunfo. "El 5 voy a Las Vegas con toda la intención de ganarme el Grammy porque siento que he trabajado en función de eso. Considero que Aire y mar es un trabajo impecable y honesto porque no me he dejado influenciar por querer ser el más popular o por querer figurar". Todo ha sido una cátedra de que la tenacidad ofrece buenos dividendos. "Yo simplemente he hecho la música que sale de mi espíritu. Además, no me he dado por vencido. He seguido insistiendo a pesar de que algunos me decían ­no, hombre, usted ya está viejo pa’eso, o usted está muy gordo pa’eso. Yo sé que nunca he sido un prospecto de artista para masificar y vender millones de copias porque siempre he sido gordo; pero eso a mí me hace feliz. Mis canciones tocan temas sociales y muy personales y hay público para todo. Uno nunca sabe por dónde revienta la torta".

Nadie lo sabe. La cita es el próximo 5 de noviembre en Las Vegas.

Amanecerá y veremos.

Fuente:
Revista Todo en Domingo


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